La selección de cada uno de estos ocho destisnos fue realizada por la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, destacando a comunidades con menos de 15.000 habitantes que promueven un turismo tan sostenible como auténtico.
La iniciativa Best Tourism Villages, creada en 2021 y liderada por ONU Turismo, valora mucho más que la popularidad e infraestructura ya que pone la lupa sobre el compromiso de cada pueblo con su desarrollo cultural y natural. Esto le aporta valor agregado a los destinos que, a través del turismo rural, fomentan la identidad local y el cuidado del entorno que son dos aspectos esenciales para viajes conscientes y de mayor calidad.
Argentina tiene historia de reconocimientos en esta convocatoria, con localidades como Trevelin, La Carolina y Caviahue-Copahue, que ya han sido destacados por su modelo de turismo comunitario y sostenible. Este año, la selección renueva el foco en la diversidad y riqueza de los paisajes y tradiciones que nos posicionan en el mapa turístico mundial.
Entre los pueblos candidatos, Colonia Carlos Pellegrini, en Corrientes, se destaca como puerta de entrada a los Esteros del Iberá, con un fuerte desarrollo en ecoturismo y conservación ambiental que atrae a visitantes amantes de la naturaleza y la fauna autóctona. Su crecimiento ordenado y respetuoso al entorno es un ejemplo para destinos similares en el país.
Por su parte, Villa Elisa, Entre Ríos, se presenta como un refugio para quienes buscan bienestar, gracias a sus aguas termales y a una oferta turística orientada al descanso y la conexión con la naturaleza. Su cultura, marcada por inmigrantes y tradiciones locales, brinda calidez y hospitalidad a cada visitante.
En las sierras de Córdoba, San Javier y Yacanto ofrecen paisaje, aire puro y actividades variadas como trekking y enoturismo, mostrando un compromiso sólido con la preservación ambiental y una experiencia auténtica en contacto con la naturaleza. Esta combinación genera un entorno ideal para el turismo sostenible y renovador.
Finalmente, Maimará (Jujuy), con su patrimonio cultural ancestral y paisajes únicos como la Paleta del Pintor, junto a pueblos como Seclantás, Saldungaray, Famatina y Uspallata, reflejan la diversidad de Argentina en historia, cultura y naturaleza. Estos destinos no solo preservan tradiciones sino que también impulsan el desarrollo local a través del turismo responsable.
Esta iniciativa destaca a los pueblos que preservan su patrimonio cultural y natural, creando un impacto positivo en sus comunidades. Es un reconocimiento que ayuda a preservar sus costumbres y tradiciones.
Para calificar, los pueblos deben cumplir ciertos criterios tales como tener una baja densidad demográfica y no superar los 15.000 habitantes. También se requieren paisajes rurales y poblaciones activas en actividades tradicionales como la agricultura y la ganadería, reforzando así el compromiso con el estilo de vida comunitario. Estos criterios no solo generan un compromiso con la identidad cultural, sino que también fortalecen la capacidad de desarrollo sostenible del turismo en la región.