Viajar también implica cuidar el planeta. El turismo genera impactos negativos por la huella de carbono y el uso de infraestructura y, por eso, se buscan formas responsables de conocer nuevos destinos. Bajo esta premisa, se consolidan modelos de vacaciones sostenibles con propósito sin destruir tal como a continuación te contamos.

A sólo 110 kilómetros de la capital argentina, la localidad bonaerense de San Miguel del Monte es un destino rural para disfrutar de la gastronomía criolla, el descanso al aire libre y la hospitalidad local. Consolidado como una de las mejores opciones del turismo de cercanía, Monte también cuenta con su Fiesta Nacional de la Federación de Asadores cuyas parrillas cocinan la mejor carne de nuestro país.

La provincia de Buenos Aires afianza su perfil enoturístico con propuestas que ganan protagonismo en destinos emergentes como Tandil, Chapadmalal y Paraje Macedo donde sus bodegas boutique, viñedos y experiencias gastronómicas configuran un nuevo mapa del vino bonaerense. Estas iniciativas se destacan por su producción limitada, orientación artesanal y fuerte vínculo con el turismo regional.

La Ruta Nacional 40 sigue consolidándose como uno de los corredores turísticos más versátiles y atractivos de la Argentina gracias a sus 5.000 kilómetros que conectan tres regiones -Patagonia, Cuyo y Norte- a través de paisajes, culturas y sabores. Esta mítica traza ofrece novedades clave para viajeros en motorhome, amantes del turismo de nieve y quienes buscan experiencias auténticas a lo largo del país tal como a continuación te contamos.

El noreste argentino es un destino ideal para disfrutar del turismo gastronómico que está estrechamente ligado a las raíces culturales de provincias como Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero y La Rioja. Sus platos típicos acompañan al desarrollo local tornándose un eje central de su industria regional de los viajes.


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