Las autoridades gubernamentales revelaron que la caída más significativa proviene de Rusia cuyos visitantes casi se redujeron a la mitad respecto a idéntico lapso de 2024. Además, como otro dato que exhibe la tendencia negativa, se registró un notable descenso en la comunidad cubana en el exterior que aportó 59.896 viajeros en este trimestre frente a los 75.235 del año pasado.
Estas cifras oficiales también dejaron ver que, a lo largo de los 31 días del pasado mes de marzo, la llegada de turistas provenientes del exterior dejó un saldo de 197.505 personas menos que en los meses anteriores y quedando muy por debajo de los niveles tanto de 2023 como 2024 que, de por sí, fueron años negativos en relación a la etapa previa a la pandemia de Covid.
Si bien Canadá continúa posicionada como el principal emisor de turistas, su aporte cayó en un 31.8%, reduciéndose de 399.254 en 2024 a 272.274 en 2025, reflejando las dificultades para mantener flujos turísticos estables en un contexto de crisis. Países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Argentina, México y España también reportaron disminuciones sustanciales en las llegadas, afectando la diversidad de turistas extranjeros en la isla.
El impacto de estos números responde a problemas estructurales en la economía cubana y en el sector turístico, agravados por la escasez de productos básicos, incluyendo alimentación en los hoteles y deterioro en la infraestructura. Estas condiciones generan constantes quejas de los turistas, que ven reducida su calidad de experiencia y se ven disuadidos de volver.
Para expertos como el economista José Luis Perelló, la recuperación del turismo en Cuba no se prevé como algo factible en el corto plazo y estima que el país no alcanzará los niveles anteriores a la pandemia hasta 2030, calificando el período actual como una "década perdida" para el sector. La situación contrasta con el discurso oficial de convertir a La Habana en un centro turístico regional.
El turismo es la segunda mayor fuente de ingresos al producto bruto interno (PBI) cubano y la segunda mayor fuente de divisa extranjera por detrás de la exportación de servicios profesionales, en su mayoría, del rubro de la medicina y la salud.
Es momento de replantear las estrategias e invertir en la promoción de alternativas que aseguren un turismo sostenible y responsable, en lugar de depender exclusivamente de un sector que enfrenta tantas dificultades.