Durante los últimos años, el turismo joven se consolidó como uno de los segmentos con mayor crecimiento en América del Sur, impulsado por viajeros de diecioho a treinta años que priorizan el bajo costo, la flexibilidad, la autenticidad y la conexión cultural. Hostels, voluntariados, festivales, rutas alternativas y experiencias outdoor son el corazón de este fenómeno que transforma la manera de viajar y de comercializar servicios vacacionales en nuestra región.

Conocida por su carnaval, la ciudad de Gualeguaychú expandió su propuesta turística sumando atractivos que abarcan desde el termalismo hasta la sustentabilidad ambiental. Esta ciudad entrerriana, ubicada a solo 230 kilómetros de Buenos Aires, seduce durante todo el año con sus playas de río, reservas naturales y agenda cultural que enorguellece al litoral argentino.

La plataforma digital especializada en viajes Tripadvisor consideró que la ciudad de Buenos Aires es uno de los mejores destinos turísticos sudamericanos tal como lo reflejan los comentarios positivos que miles de usuarios realizaron sobre su experiencia vacacional en la capital argentina.

Catamarca dejó de ser una provincia escondida para convertirse en uno de los destinos más deseados por quienes buscan asombro, silencio y profundidad. Con una fuerte apuesta al turismo de naturaleza, cultura ancestral y aventura extrema, se tornó en uno de los sitios vacacionales más recomendados del noroeste argentino.

Máximo símbolo turístico estival argentino, la ciudad bonaerense de Mar del Plata dejó de ser una postal exclusiva del verano para convertirse en un destino atractivo los doce meses del año al combinar naturaleza, cultura, historia y aventura. A sólo cuatrocientos kilómetros de la Capital Federal, La Feliz ofrece experiencias urbanas hasta paseos serranos con una agenda tan amplia como accesible para todas las edades.


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